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Fortalecer el compromiso climático, una oportunidad para una recuperación económica sostenible.



La pandemia de coronavirus nos ha permitido vislumbrar una economía global diezmada por la crisis. El mundo ha cambiado y ya nada volverá a ser igual. A medida que continua la emergencia sanitaria mundial por el COVID-19, la crisis económica global se va agudizando. Decrecimiento económico, cancelación de contratos, millones de trabajadores despedidos, y la pregunta que debemos hacernos: ¿será que el modelo económico actual ha caducado?

Las formas en que nuestro mundo cambiará durante y después de esta pandemia apenas comienzan a revelarse. A pesar de la incertidumbre del momento, lo que sabemos es que la capacidad de recuperación humana es inigualable.

Esta resiliencia como rápida y eficiente adaptación al cambio, se manifiesta tanto en innovación como en amabilidad a medida que las personas buscan soluciones a la pandemia y se apoyan mutuamente. Hace apenas unos meses escuchábamos por todos lados las declaraciones de 200 líderes empresariales sobre el compromiso de redefinir el propósito empresarial, tomando en cuenta no sólo la rentabilidad económica, sino aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, sentando las bases para un nuevo capitalismo de “grupos de interés” y de “triple impacto”. Hoy, ante la emergencia sanitaria por el coronavirus, ese compromiso, y esa promesa de valor compartido, ha sido puesta a una dura y verdadera prueba.

El año 2020, es un momento de inflexión una situación absolutamente inesperada, y a raíz de eso, la vida como la conocemos debe cambiar y transformarse. Muchas personas piensan que nada volverá a ser como antes, y eso puede llenarnos de angustia como sociedad, pero tal vez, la lección que debemos aprender con esta crisis es justamente eso: Nuestro estilo de vida y modelo económico debe de cambiar para siempre.

Ciertamente la pandemia de la Covid-19 es una gran tragedia, pero ante tanto pesimismo y desesperanza, es ahora qué debemos de comenzar a hacer replanteamientos con una mirada hacia lo urgente sin olvidar los retos a largo plazo, para recuperar nuestra economía mirando hacia el futuro próximo, ¿Cómo nos queremos levantar de esta crisis? Y ahora, es momento de verdaderamente re-definir el modelo económico, hacia una economía más justa y sostenible.



Los planes de contingencia de las empresas deben estar asociados a los riesgos globales a mediano y largo pazo:

El 15 de enero 2020, Se público el informe anual de “Riesgos Globales” que realiza el Foro Económico Mundial. Lo teníamos ahí: 10 riesgos globales para los siguientes 10 años en términos de impacto. Cinco de ellos asociados al tema ambiental (Acción climática fallida, pérdida de biodiversidad, clima extremo, desastres naturales, desastres naturales provocados por el hombre), en los riesgos sociales teníamos crisis de agua, y enfermedades infecciosas.





Este análisis hace hincapié en la necesidad de un enfoque de multi-stakeholder, para hacer frente a los mayores desafíos del mundo, y se adelantaba a la 50a Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos-Klosters, donde el enfoque es las partes interesadas para un mundo coherente y sostenible, era una prioridad. Hoy tenemos este panorama a futuro, y debemos trazar los planes nacionales, estatales y empresariales con objetivos basados en ciencia, lo suficientemente ambiciosos en temas climáticos para poder reducir el impacto, enfocándonos en medidas de adaptación y mitigación.

El Pacto Verde o “Green Deal” como hoja de ruta para la recuperación económica.


La actual crisis de la Covid-19 nos ha recuerda la importancia de dar respuestas anticipada, de trabajar juntos todos los sectores, de la solidaridad, al igual que debemos hacer ante la crisis climática y ambiental.

Debemos de tener una visión a largo plazo, hacia lo importante y lo urgente, prepararnos para reconstruir nuestra economía e impulsar los planes de recuperación necesarios para lograr un progreso y prosperidad renovados y sostenibles para todos los países, tomando como base los acuerdos de la COP25 y manteniendo una ambición en los objetivos basados en ciencia.


¿Cómo podemos impulsar una recuperación sostenible?

Uno de los pilares fundamentales en la estrategia económica de la Unión Europa debe ser la movilización de inversiones hacia la transición a una economía baja en carbono.


En días pasados, ha nacido una alianza social, política y económica para la recuperación ‘verde’ 180 personalidades y entidades argumentan que las inversiones para la salir de la crisis de la Covid-19 incidan directamente a resolver los problemas y riesgos asociados al cambio climático. la solución de problemas como el cambio climático.



*Pacto Verde Europeo


Esta alianza ya cuenta con la adhesión de ministros de 11 países (Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, España, Italia, Grecia, Letonia, Luxemburgo, Holanda, Portugal y Suecia) 79 eurodiputados, 37 empresas, 28 asociaciones empresariales, la Confederación Europea de Sindicatos, siete ONGs y los miembros de seis laboratorios de ideas.


Algunas de las empresas son L’Oreal; Coca Cola Company’s; Ikea Group; Suez group; Danone; Iberdrola; 3M H&M Group; Schneider Electric; Unilever; Climate Leadership Coalition; IKEA Group; Volvo Group; Royal DSM; European Investment Bank; PepsciCo Europe; Nestlé; ENGIE; entre otros.


Aumentar la ambición para mitigar los riesgos y los costes de la inacción frente al cambio climático y la pérdida de biodiversidad.


Hacia la neutralidad de carbono, oportunidad de ahorro e inversión para los países.

América Latina y el Caribe se ahorraría hasta 621.000 millones de dólares anuales si los sectores de energía y transporte lograran la neutralidad de emisiones para el 2050, asegura un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Satisfacer al nuevo mercado bajo una matriz de generación basada en combustibles fósiles colocaría la región lejos de la vía para cumplir el objetivo de 2 °C del Acuerdo de París.

Lograr pasar a una descarbonización total creará otros beneficios, como 7,7 millones de nuevos empleos permanentes, y el crecimiento de nuevos sectores como tecnologías verdes, construcción de infraestructura o electrificación del transporte.

Los sectores que más presentan oportunidades en este sentido, es el de energía y transporte con una acción rápida y de gran alcance, con soluciones que pueden ser económicamente viables y ambientalmente razonables. Acelerar el camino hacia la transición a una economía baja en carbono y cero emisiones al 2050, puede contribuir en gran manera al crecimiento económico y al mejoramiento de la salud pública.

Nuestros objetivos deben pasar del crecimiento del PIB y la búsqueda de la riqueza para mantener los ecosistemas y mejorar el bienestar humano al priorizar las necesidades básicas y reducir la desigualdad.


Fomento de una economía limpia y circular

En la Unión Europea, desde el 2015 se generó una Estrategia de Economía Circular, un adoptar un plan para contribuir a acelerar la transición de Europa hacia una economía circular, impulsar la competitividad mundial, promover el crecimiento económico sostenible y generar nuevos puestos de trabajo.

El plan de acción establece 54 medidas para "cerrar el círculo" del ciclo de vida de los productos. Escocia, en su estrategia de economía circular presentada en el documento: “Making Things Last”, prioriza 4 áreas en concreto además de otras medidas a impulsar:

  • Alimentos y bebidas, y una bioeconomía más amplia: Menciona que el desperdicio de alimentos es una fuente importante de emisiones de carbono; y un enfoque más circular de los sectores de cerveza, whisky y pescado, por ejemplo, podría generar ahorros potenciales de 500 millones de libras por año;

  • Re-manufactura: la re-manufactura ya está contribuyendo con 1.100 millones de libras esterlinas por año a la economía de Escocia, con un potencial de crecimiento de otros 620 millones de libras para 2020;

  • Construcción y edificaciones verdes: la construcción representa aproximadamente el 50% de todos los residuos en Escocia y es una influencia importante en el uso eficiente de los recursos;

  • Infraestructura energética: existen considerables oportunidades, como la reutilización de equipos de turbinas eólicas y plataformas de gas y petróleo fuera de servicio.


Esta puede ser la hoja de ruta para el 2030 de Estados, empresas y países, asegurando la consolidación de un sistema productivo que busque aprovechar los recursos para reducir, reciclar y reutilizar todo aquello que se deseche y darle una segunda vida, para devolver los recursos al mercado con una nueva forma. ¿Cómo podemos sumar al sector empresarial en la lucha contra el cambio climático? las empresas deben asumir un rol más proactivo -y no reactivo- hacia el carbono y el cambio climático, orientado a los dos niveles: estratégico y operativo.

El sector empresarial necesitará priorizar la inversión hacia la resiliencia climática y adaptación. Se recomienda tener un enfoque principal en las cadenas de suministro y operaciones directas. Esto requerirá inversiones en evaluaciones de riesgo climático y planificación de escenarios. Conectar los puntos, sinergia entre adaptación y mitigación.


De igual manera, el plan de acción climática debe contener dos enfoques:


  1. Medidas de adaptación, con acciones encaminadas reducir la vulnerabilidad ante los efectos derivados del cambio climático. Algunos ejemplos: Forestación, reubicación, protección de infraestructura, diseño de edificios, planes de respuesta a emergencias, planes de continuidad de los negocios, entre otros.

  2. Medidas de mitigación, con acciones encaminadas a reducir y limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Eficiencia energética, energías renovables, movilidad sostenible, mejora en los procesos industriales, sumideros de carbono, captura y uso de metano.


Si los gobiernos y las empresas no mantienen o aumentan sus compromisos con la acción climática, y si la COP26 no tiene éxito en abordar la emergencia climática global, sentando un compromiso claro con los objetivos basados en ciencia, los niveles actuales de disrupción y crisis económica serán nuestra realidad para 2050. Las acciones que tomamos este año y los resultados de la COP26 en 2021 dictarán nuestra capacidad global para detener el colapso climático para siempre.


En Maken Sustainability, nos sumamos al compromiso Business Ambition For 1.5°C: Our Only Future



Además de reducir nuestras emisiones, hemos lanzado formalmente nuestra unidad especializada de cambio climático, la cual servirá para ayudar a nuestros clientes a generar sus planes de acción climática, continuar en la investigación, análisis y generación de conocimiento sobre las tendencias, leyes y nuevas soluciones a integrar para abordar de manera formal el cambio climático.


Hoy, la crisis sanitaria del COVID, ha dejado claro que la alianza entre sectores es indispensable para afrontar los retos que se nos presentan, que las empresas también pueden ser una fuerza para el bien, y que el objetivo del modelo económico actual debe ser lograr un crecimiento inclusivo, justo y sostenible, para nosotros y las futuras generaciones.


Por Carolina Zatarain Villalpando Especialista Internacional en Sostenibilidad. Directora Ejecutiva Maken Sustainability Agency


carolina@maken.mx / Twitter: @carozatarainv / www.maken.mx



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