"Crecí viendo películas en idiomas extranjeros, aprendiendo mucho de ellas, inspirándome, películas como 'Ciudadano Kane', 'Tiburón'. Y no hay olas, solo está el océano. Creo que los nominados de esta noche han demostrado que somos parte del mismo océano" -Alfonso Cuarón
El día de ayer, 24 de Febrero en el Teatro Dobly de los Ángeles se llevó a cabo la conmemoración número 91 de los premios Oscar.
Con siete galardones otorgados a creadores negros en seis diferentes categorías, entre ellas una mujer: Hannah Bleacher, quien se ha convertido en la primera mujer negra en la historia en llevarse el premio al “Mejor Diseño De Producción” por Black Panther. Así como las tres estatuillas recibidas por el director mexicano Alfonso Cuarón en las categorías de “Mejor Director”, “Mejor Película Extranjera” y “Mejor Fotografía”. Y la polémica presencia de una mujer mexicana de origen indígena: Yalitza Aparicio, dentro de las nominaciones como mejor actriz por la película ROMA (por mencionar algunos hechos), hacen que este evento marque una pauta en la historia de los premios de la academia.
A partir de las controvertidas acusaciones en años anteriores a causa de la escasa presencia de nominaciones dirigidas a extranjeros y minorías que dieron lugar a campañas mediáticas como #OSCARSOWHITE y el movimiento #METOO, los organizadores de los premios se vieron en la necesidad de reconsiderar los estándares establecidos y realizar cambios que abrieran un panorama a una premiación más diversa e incluyente.
Si consideramos que la creación de este evento se da a través de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, la cual es una organización estadounidense que fue creada con el propósito de promover la industria del cine ¿Podríamos decir que se realizó un proceso de implementación práctica en temas de Responsabilidad Social Empresarial?
De alguna forma, sí. Ya que debido a las exigencias de los actores involucrados quienes realizaron reclamos sobre racismo y exclusión de género. La organización escuchó peticiones y realizó cambios a la forma en que convencionalmente eran llevadas las nominaciones y premiaciones. Como se mencionó anteriormente, tras las campañas acusatorias en contra de la falta de diversificación racial y de género en la academia, durante 2016 se llevó a cabo una votación en donde se aprobaron varios cambios con el propósito de duplicar el número de mujeres y diversificar a los miembros de la Academia para el 2020.
Acerca de esta votación, la presidenta de la Academia Cheryl Boone Isaacs anunció: “Estas nuevas medidas sobre la forma de gobierno y la votación tendrán un impacto inmediato y empezarán el proceso de cambiar significativamente la composición de nuestros miembros”. Entre los cambios destacan el periodo de votante de un miembro, ahora durará 10 años, de igual forma se comenzó “una campaña global con el propósito de identificar y reclutar nuevos miembros calificados que representen una mayor diversidad”.
Hablando de Responsabilidad Social Empresarial, es evidente que la Academia tomó la batuta frente a las acusaciones y puso en marcha mecanismos de inclusión racial y de género. Esto es importante porque esta industria tiene un alcance global con capacidad de difundir ideas a través de la pantalla, lo cual le otorga el poder de generar y promover cambios en las dinámicas sociales, así como la creación de nuevos paradigmas. Por ejemplo, podemos mencionar el gran número de portadas en revistas de moda en las que Yalitza Aparicio se hizo presente, para algunos reivindicando los estándares de belleza y restando poder a la hegemonía de la belleza blanca occidental en este tipo de publicaciones, lo cual amplia el panorama en temas de inclusión racial.
Sea por cuestiones políticas o no, los premios de la Academia 2019 abren la puerta a seguir construyendo un mundo más plural en la industria cinematográfica y a ampliar la visión sobre el mar de posibilidades en cuestiones creativas.